miércoles, 6 de junio de 2007

Beso de viento


Cómo si nunca hubiese visto salir el sol,
cómo si las mañanas fuesen vírgenes, cada una de ellas,
así perpetré una risa instantánea
y el ánimo floreció en estas letras...
Y es que un corazón lejano, efectivo,
Me acaba de besar.
Beso en el vientre del placer, beso de viento,
Caricia húmeda con sabor a mar, con la sal de tu ímpetu y tu centro.
A través de un espacio que he borrado, un pedazo de vida que emerge
y la mirada de tus ojos lejanos
me atizan las ganas; son el reflejo de las formas que no tengo.

No confundo el éxtasis, sólo disfruto
queriéndote, sintiendo tu aliento oceánico, perdido en mí
y vuelvo a reír con tu alegría.
Obsequio. Aire fresco y mis pulmones se llenan.
Soy un niño entre las flores de tu jardín;
de mí sacarás el agua de un deseo. Alimento.

¿Puede tanto este abrupto palpitar?
¿Pensarte y hacerte a mi medida?
Si hasta las lágrimas que se asoman
parecen reír abrumadas por la repentina emoción.
El músculo de la vida se contrae, la herida cierra
y la sangre vuelve al cauce...
Sentir y volver a necesitar. Una clave, signo y huella.

Liviano el horizonte, sin cruces, sin finales a la vista.
Un vasto imperio de amor (el que derraman tus manos)
que devora las distancias y es obseso,
nos atrapa locos en un beso ígneo y enciende las llamas del orgullo,
de la sabiduría de dos que saben quererse...
Porque tantas palabras son la cola del escorpión,
y el motor, poder extremo,
está en mi mente, en mi pecho agitado.
Porque tanto hablar,
Es sólo para clavarte mi amor entre los ojos…

Con las manos temblando y los labios,
los labios mordidos en la esperanza,
aferrados a la risa que regalas…
Interminable soy en tu existencia.
Hernán Mierez

1 comentario:

Maria Coca dijo...

Sensaciones que marcan el corazón. El amor envuelve cada línea de esta poesía sentimental...
Decir hermoso es decir poco.