jueves, 25 de octubre de 2007

Hacia el sur de la vida

Cierto es que lo cierto
puede a veces ser triste.
Cierto también que la falacia
es la hermana de la decepción.
Mentira que esto sea duro de soportar,
cierto que somos fuertes antes que débiles.
Nacer, crecer, pensar, actuar…
¿No somos fuertes entonces?
En la alborada de la vida
el aliento mínimo es inocente.
Con el devenir de los sucesos,
en la revoltosa singladura de la vida,
se subleva el orgullo;
un caníbal desdentado
royendo sus brazos,
buscando saciar el hambre de gloria.
Chapucea así el hombre,
¡Imbécil! En su propia sangre.
Se derrama la inocencia y
a nuestros pies crece, inexorable,
la raíz de la culpa.

Cierto es que todo lo dicho,
puede ser una gran mentira…
Cierto también qué,
entre tanto divagar,
me queda la duda y sus permisos
¡Adelante!
Tengo pues, más de una razón
para rescatarme desde lo que fui.
Volver atrás y buscar
no es ceder ni rendirse,
es seguir las migas de pan
hasta el origen;
allí dónde lo cierto…,
es simplemente la verdad.


Hernán Mierez ®

miércoles, 17 de octubre de 2007

Juegos Perversos


Animo, denme ánimo,
suerte, deséenme suerte,
que rotas están mis uñas
y ateridos los dedos
de tanto rascar esa idea escurridiza…
La tengo apretada por su cola.
De bruces, los labios besando el frío suelo
la espío por debajo de la puerta.
Una puerta, cualquiera, un límite entre ella y yo.
¡No la voy a dejar escapar!
Quiero jugar, divertirme.
Le doy un milímetro, se agiganta
y feliz saboreo las sensaciones
de tamaño suspenso.
Juego, juego, quiero más…
Muerdo y la atraigo hacia mí,
la puedo ver mejor, la uso ahora
y la vuelvo a soltar apenas.
¡Qué va! Imaginen lo que deseen,
tan efímera es la libertad,
que yo la uso a placer,
y en este constante climax morboso
de tribulaciones incompletas,
soy peón y rey en el tablero cósmico.
Arriesgo mi reina porque quiero ganar
y no quiero.
También quiero perder.
Puedo abrir la puerta y llegar,
pero no quiero llegar.
Es una forma de volar,
flotando entre la tierra de la cordura
y el cielo de la locura.
Un perverso método
para alcanzar la libertad,
luchando por vencer
Mientras juego a perder…




Hernán Mierez ®

martes, 16 de octubre de 2007

Frase del día

¡Qué pequeñas son mis manos en relación con todo lo que la vida ha querido darme!

Ramón J. Sénder

jueves, 11 de octubre de 2007

Naturaleza Viva


Reverdece el árbol,
humedece el cielo sus raíces.
Avanza el velero,
soplan nuevos y mejores vientos.
Muere el insulto,
cuándo se insinúa la caricia y el perdón.
Descansa al fin el ave,
cuándo el sol bosteza y se duerme.
Se apaga el fuego lentamente,
ya no queda alimento para su voracidad.
Cesan los ruidos en la gran ciudad;
hay deseos de muerte colectiva.

Silencio.

Se alborotan las calles,
es el momento del nacimiento.
Muchos alzan sus voces, dudan a gritos;
alguien acierta y cura con la respuesta.
Avanza el mal y caen muros enormes;
emerge la voluntad y el bien rearma las ruinas.
Se arruga la piel, se apaga la mirada,
los años preñan la mente de sabiduría.

A veces me seduce el espanto,
me goza, lo gozo
y acabo cada mañana amaneciendo solo.
Vuelvo a casa y me abrazo a la inspiración.
La amo, me ama.
Aún sabiendo de mi obsesiva infidelidad,
persiste su luz
cómo un faro clavado en la dura roca.
Tal orgía de emociones es mi vida.
Que hoy sea hoy
y que mañana desaparezca.
Que nada continúe más allá de su esencia.
Que todo cambie, que todo se transforme.
La eternidad está condenada por su nombre…
Y que yo nunca sea un testigo.
Que pueda sentir el torbellino
desde su latido mismo.
Que pueda pulsar las cuerdas
de este vibrante destino.
Sudará mi piel el dolor,
majestuosos mares cubrirán los abismos.
Navegaré así hacia mi horizonte,
saboreando la dulce música de mis palabras,
ignorante del fin,
creando a cada segundo nuevos comienzos…


Hernán Mierez ®

viernes, 5 de octubre de 2007

LLueven horas sobre nuestro destino


Quizás fue la incandescente brasa
de ese arrebatado cigarrillo,
o el viento frío lamiendo mi piel,
que trajo a mi boca la inspiración.
La visión del nudo que me estrangulaba las tripas.
Esa idea de que toda mi lucha
era un tardío crepúsculo de espera.
Te esperaba a vos.
Rogando en mi silenciosa respiración
que volvieras a ser la misma.
Esperaba el beso que se te había escurrido
en la horas veloces,
en el tiempo repetido y vacuo.
Esperaba la resurrección de la caricia,
escondida entre las yemas de tus dedos,
temerosa de tu ansiedad.

Todo el enigma era la espera
y cómo misterioso devenir,
de circunstancias no queridas,
los dos nos encomendábamos al otro.
Pedíamos con la mirada lenta y oscura,
vernos volver de la infinita caverna
en que nos habíamos refugiado
de tanta tempestad ululante,
plagada de promesas de futuro,
pero negada de presente y libertad.
La esperanza era la del paciente soldado,
qué, hundido los pies en el cieno,
imaginaba la lucha por venir,
mintiéndose desde su mente agitada
sobre la gloria prometida
tras la hemorragia que se llevaría,
los latidos de un corazón ya ceniciento…

Ciegos, sintiendo en el pecho la amenaza
de la respuesta negada,
nos heríamos, cómo torpes criminales,
en las verdades que nos mantenían de pie,
intentando, necios repentinos,
vencer en una batalla que no existía.
Queríamos vernos caer
para escuchar el ruego y resurgir.
¡Soy tu salvador! ¿Es que no lo ves?
Arrastrado el amor hacia en un rincón abandonado,
humillada la palabra,
matábamos de sed nuestra piel,
levantando el venenoso polvo del pasado,
qué, opresivo, se posaba indecente
sobre los pétalos de las flores
que alguna vez nos regalamos…
Y que hoy piden agua fresca,
esa que se bebe furioso nuestro egoísmo,
ésa, de la que apenas sobran gotas…

Este no sé, esta amarga duda,
este laberinto apócrifo que termina dónde comienza,
me tiene inmovilizada la razón.
Me hace, la conciente fragilidad,
volver a revisar aquellos cajones ya hastiados,
abrir ventanas que dan a otras ventanas.
Sombras perfectas se devoran la luz
y mil maldiciones estériles me secan la boca.
Subido al barco del tiempo,
me desentiendo del rumbo y los vientos.
De aquí hacia ningún lugar,
salvo que vengas conmigo…
Al fin y al cabo,
toda mi lucha es esperar,
esperarte a vos, por que sé
que yo ya he llegado
y nada puedo más que soltar suspiros
esperando, esperando,
que hagas de este sitio,
una Realidad.


Hernán Mierez ®

martes, 2 de octubre de 2007

Invisible, Invencible Rey


En involuntaria concepción,
entre tormentosos e imperceptibles,
químicos derrames internos,
se gesta el alma del pensamiento.
Inicio del fuego primero,
catástrofe y milagro a la vez.
Alas de carne y sangre
que llevan al etéreo vuelo emocional,
a la deflagración del espíritu.
Todo lo que fuimos,
lo que somos y anhelamos ser,
nace de la silenciosa convulsión de unas pocas células,
que se despellejan unas a otras
haciéndonos creer mentiras,
mintiéndonos las verdades.
Cuán fuerte es necesario ser,
para no izar blancas banderas
ante el majestuoso emperador.
Cuán sabios…
Para saber matar antes que nos maten…


Hernán Mierez ®

lunes, 1 de octubre de 2007

Reflexión


En respuesta a la requisitoria de un amigo, debo decir que no soy un poeta.
Poeta es aquél que escribe poesía; yo sólo soy un escapista, que viene encontrando las salidas a sus laberintos a través de la manifestación de sus pensamientos.
Que estos se traduzcan literariamente en forma de versos y que además osen semejarse a poesía, es quizás, una misteriosa jugada de la naturaleza qué, debo reconocer, jamás me he puesto a pensar… ¿Para qué?, es muy posible que la conclusión hallada devenga en nuevos versos, simiente de nuevos interrogantes…


Hernán Mierez ®

Frase del día

La vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser.

José Ortega y Gasset