martes, 2 de octubre de 2007

Invisible, Invencible Rey


En involuntaria concepción,
entre tormentosos e imperceptibles,
químicos derrames internos,
se gesta el alma del pensamiento.
Inicio del fuego primero,
catástrofe y milagro a la vez.
Alas de carne y sangre
que llevan al etéreo vuelo emocional,
a la deflagración del espíritu.
Todo lo que fuimos,
lo que somos y anhelamos ser,
nace de la silenciosa convulsión de unas pocas células,
que se despellejan unas a otras
haciéndonos creer mentiras,
mintiéndonos las verdades.
Cuán fuerte es necesario ser,
para no izar blancas banderas
ante el majestuoso emperador.
Cuán sabios…
Para saber matar antes que nos maten…


Hernán Mierez ®

2 comentarios:

Maria Coca dijo...

Interesante reflexión sobre el génesis de la vida... Me gustó.

Besos, H.

Unknown dijo...

Gracias María...
Besos