viernes, 16 de noviembre de 2007

Siete Revoluciones


El Domingo un verdadero infierno de paz y quietud. Un inacabable desierto de grises profecías. Las piernas cosquillean, los dedos tamborilean y surge la terrible sensación de que todo está hecho y que nada más merece hacerse.
Salgo a la calle el Lunes y me siento saltar a un abismo. Nada más difícil que empezar y nada más necesario. Este lapso de tiempo es un saco de veinticuatro horas malditas sacudiéndose sin parar. Puras malas sorpresas.
El Martes aparece una nueva flor en algún viejo jardín. Siempre. Y eso es más que suficiente. No me atrevo a pedir otra cosa. Lento, lento es mejor…
Miércoles es la vara en mitad del trayecto por la inclemente soga de la rutina. Es el equilibrio que pedíamos. De ahí en más se llega entero al final o se cae y el lamento se trata de tragar en la cena, con la media botella de vino que nos viene quedando…
Jueves es el punto y aparte en la oración semanal. La minuta para reponer fuerzas y la matriz de una nueva ilusión. Las ilusiones nacen los Jueves y son cómo las moscas, viven a lo sumo dos o tres días y mueren sin haber cumplido las promesas. Casi siempre van a dar al cementerio del Domingo (Rey Devorador).
Viernes y baño por la mañana. Cara limpia, limpios ánimos. Sonrisas no fingidas, momentos de honestidad y valor. Un excelente día para la batalla. El pecho henchido y la felicidad en la piel: Vamos a morir por la causa. Todo es posible en Venus, aunque todo, muchas o todas las veces, signifique nada.
El Sábado huele a gloria desde la mañana a la noche y éste aroma es buena compañera en el paseo. Un intento de frontera a la libertad; la memoria se duerme y el futuro se suicida: Le hacemos el amor al presente sin pretensiones de nuevas sábanas.

Silencio. A dormir. Las minúsculas hadas de la noche se encargaran de la limpieza.



Hernán Mierez ®

3 comentarios:

Maria Coca dijo...

Sutil y simbílico. Una semana que deja huella. Me gustó.

Besos, amigo.

Anónimo dijo...

Siete días, completos de sensaciones que describís con letras exactas.
Una semana que siempre vuelve a empezar.
Lunes malditos y domingos cómplices.
A pesar de ellos, me gustan las siete revoluciones y hasta puedo desordenarlas
y mi Lunes huele a Sábado.

Bonito.

Besos, Her

Gaby

Unknown dijo...

Gracias María...
Gaby, es realmente increíble que tu Lunes huela a Sábado. TE envidio.
Besos!!