viernes, 20 de julio de 2007

Amistad


Tener un amigo puede significar muchas cosas, dependiendo siempre de la capacidad emotiva y sensitiva de quién lo tiene.
Hay quienes llaman “amigo” a todo conocido, a compañeros de trabajo, a clientes, etc…
Pero conozco pocos que saben del verdadero valor de la amistad.
En estos días ya se ha dicho todo sobre este sentimiento, sería repetitivo y hasta cansador, incurrir en las mismas palabras.
Por eso este texto es sólo para contarles qué, habiendo recogido en mi vida muchos y valiosos amigos, el contar con alguien que está afuera de nuestro círculo familiar y con quién podemos compartir las simples cosas de la vida, es un regalo maravilloso.
Hablar es gozar, dar es gozar, expresar lo que tenemos dentro y saber que llega a un buen oído es proveerse de un placer intenso e invaluable.
En estos veloces tiempos, en estos días rutinarios y agobiantes, es menester poseer en el hueco de nuestra memoria, el signo de una amistad fuerte y concisa.
Tocar una puerta y ser recibido con una sonrisa sincera; hacer una llamada telefónica y escuchar que del otro lado la voz que nos atiende se alegra de oírnos; dejar escapar un secreto en susurros y estar seguros que el mismo será enterrado en la profunda confianza de quién lo recibe, son absolutas bellezas con las que el ser humano fue ofrendado y a las que suele restar importancia.
Agradezcamos pues, lo que Dios puso en nuestras manos. Digamos gracias y de verdad, por ser los únicos animales en tener la fortuna de sembrar y cultivar ese hermoso sentimiento que es la amistad.


Hernán Mierez

2 comentarios:

Maria Coca dijo...

Como se dive vulgarmente, quien tiene un amigo tiene un tesoro. No hay mayor verdad. Amigos escasos pero amigos de verdad.

Interesante reflexión, H. Me gustó.

Besos.

Unknown dijo...

Y esto es para vos, no lo dudes...

H