lunes, 3 de septiembre de 2007

Maverick El Mago


(extracto de un micro cuento publicado en los foros del diario La Nación)


Maverick estaba cansado, agotada la mente y cada uno de sus músculos. Tenía el rostro poblado de arrugas y los ojos hundidos en el negro pozo de su memoria.
Después de meses de repetir el ritual llegó a pensar que Dios le estaba cobrando la deuda.
Se caía, se derrumbaba hora tras hora, día tras día su vida.
Tomó aire hasta completar el vacío de sus viejos pulmones y mientras oía los ruidos de gente moviéndose y al presentador anunciarlo, alisó cómo pudo su camisa, que ya no era blanca y puso sobre el taburete de roble la pesada maleta.
Era su última noche en ese pueblo, la última presentación de "Maverick El Mago"
Lentamente sacó el espejo, ya no le importaba hacer esperar a su público, y lo colgó de la pared. Era un espejo pequeño, demasiado en comparación al gran marco de bronce que lo atrapaba y con la esquina superior izquierda totalmente astillada.
Alzó la barbilla y le entregó sus facciones a ese espejo. Poco a poco su piel se estiró, desaparecieron las eternas ojeras, los labios compungidos dieron paso a una boca fina y renovada, la nariz se acomodó sus ángulos y se hizo altiva, fuerte. El ceño fruncido se disolvió a través del reflejo y la frente capturó la hermosura de una blanca luna.
En medio de esa estancia mal iluminada resurgió, cómo tantas otras veces, un hombre nuevo.
Ya listo miró entre bambalinas y se dispuso a salir al escenario.
Esta será la última, no habrá más, ya no más…-Pensó, mientras los aplausos rugían en el pequeño teatro.
El espejo quedó sólo en silencio. Todavía en su superficie, grabado, el rostro de Maverick el mago, el verdadero.
Afuera, haciendo volar cartas de poker de entre sus mangas, estaba la imagen, de cuerpo entero, del otrora mago real, aquél que Maverick asesinara una helada noche de invierno, hace ya bastante tiempo, de un golpe certero en la sien con el pesado marco de bronce del espejo. La venganza del anónimo ayudante que pensaba, hasta hoy, que el show debe seguir….


Hernán Mierez ®

2 comentarios:

Maria Coca dijo...

Magia y realidad que se dan la mano a través de un espejo. Las angustias del corazón siempre afloran sobre la piel. Me gustó.

Besos desde mi orilla, amigo.

Unknown dijo...

Gracias amiga por leerme. Me gustó eso de que las angustias del corazón siempre afloran sobre la piel, una gran verdad!!

Disculpa por no leerte a vos, tengo que hacerlo, es que casi no tengo tiempo de publicar aquí, pero eso no es excusa.
Ya pasaré por tu mar...

Un beso.