K'un Ch'ien

Cielo y Tierra.
En medio la progenie de ambos
y desde todo lo que vive: Somos.
Una palabra tiene una razón,
un gesto, un suspiro, la lluvia;
cien horas de anónima historia,
una tumba, el llanto de quién no eligió.
Nada existe sin un motivo;
todo está en el lugar que debe,
todo a su tiempo aparece y
a su tiempo se desvanece.
Cae el árbol y es el último,
Alguien ríe y camina ligero
Otro lo cruza, le roza el hombro,
No lo ve, no siente
Va mordiendo una bronca.
Y las estrellas todas en su lugar.
El sol esperando por la luna.
El universo, imperceptible,
Se mueve hacia allí (señala un dedo)
¿Lejos?
¿Quién sabe que cosa?

Las llaves cascabeleando
son la melodía de tu regreso.
Te acercas y algo se te cae sin ruido;
la piel de tus muslos, apenas sugeridos,
marcados por una línea de terciopelo azul
me llevan a destino.
Sí, entre Cielo y Tierra late el pulso vital
Y yo te tengo a vos.
Todo está en el lugar que debe…¿Casualidad?
Mañana volveré a escribir,
movidos mis dedos por hilos misteriosos,
hilos en manos invisibles (extremo poder)

No quieras entender,
me dicen tus labios en mi cuello.
No te destruyas,
tus manos en mi rostro.
Vamos a morir juntos un rato,
el universo, todo, esperará…

Hernán Mierez ®