domingo, 6 de enero de 2008

Cocodrilo Tears


Absorto,
tieso en la nocturna quietud,
me quedé mirando el rojo corazón,
faro de ígneo fervor…
Inspiración espiración
y la puerta de todos los ríos es abierta,
va la sangre y atora
no viene, sólo va
y crea.
Así cómo el viento
al llegar a mi rostro lo besa y cesa:
Se muere.
Así cómo el sol me hiere
mil veces,
pero ni una vez me mata,
así reconozco el fatal latido
el que es diferente.
Entra la vida en la sístole de su devenir
y éste perdedor de venosas manos
sacude en mudos estertores,
la máquina invisible de los sueños.
Esta es la verdad y nada más que la verdad
Señor Juez.
Mía es la culpa, sólo mía
y me regocijo.
¡Qué nadie quiera manchar mi presente de inocencia!
Prisionero deseo vivir,
prisionero deseo morir.


Hernán Mierez ®

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